Y.

Miras con los ojos no se donde
y con la cabeza perdida
o, tal vez, tienes la mirada perdida
y la cabeza no sé donde.
Y sonríes, ocultando tu dolor,
y con corrector intentas tapar esas ojeras,
de mil noches mojando la almohada con lágrimas,
llenando tus brazos de sangre
cuando, antes de empezar,
dijiste "nunca más".
Y le pides a ese algo,
en lo que no crees,
que por favor deje de doler.
Y, si estás aquí conmigo,
te pido por favor
que dejes de doler.

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