Soy de las que suben una foto y por inseguridad la borran. Soy de las que encuentran cualquier fallo en sus supuestas virtudes. De las que lloran con su reflejo. De las que dicen: "Hoy no pienso comer nada" pero no tienen fuerza de voluntad. Soy de las que se odian, y no lo demuestran. Aunque contigo me quería. O me querías tú, y con eso me sobraba.
Había una vez, un ángel con las alas rotas. Ese ángel se llamaba María. Tenía las alas tan rotas, y el corazón tan grande, que este mundo era muy poco para ella. Tras mucho dolor, una noche salió al balcón. Y sin acordarse de que tenía las alas rotas, decidió volar. Su objetivo era estar con los demás ángeles. Lo cumpliste, María.
Era madrugada. Y por primera vez, volviste. Me has destrozado más de lo que ya estaba. Has vuelto a romperme en mil pedazos. ¿qué digo? Mil son pocos, en millones y aún así me quedo corta. Corre el rumor que la verdad duele, pues hoy soy capaz de corroborarlo. Prefería seguir engañada el resto de mi vida, a enterarme de que te perdí por un estúpido resbalón. Que no querías realmente. Que sólo querías que fuera uno de esos recuerdos de mierda que no se le cuentan a nadie.
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